153. El horizonte abierto; que corra la química. 21 de enero 2015
por Nacho Mirás Fole
Las seis horas de hospital de hoy -no todas son de tratamiento- agotarían a un triatleta. Tocaba hacer uso esta mañana del reservorio que llevo implantado en el pecho, puerta de entrada del Irinotecán y el Avastín, que son esos potingues que me matan y me dan vida a la vez como le pasa con el amor a Camilo Sesto en una estrofa gloriosa de La culpa ha sido mía. Hoy no hago el chiste con los Chunguitos y el Dame veneno que quiero morir porque los tengo arrestados hasta nueva orden. Me repito en los recursos musicales, pero me consta que hay nuevas incorporaciones a la lectura de estas memorias sanitarias que igual no saben de mis antecedentes ni de mis extrañas listas de reproducción.
Hoy no olía el puesto de mando del cáncer compostelano a calamares porque a nadie se le antojó fritada y todos los de las salas de tratamientos del Hospital de Día de Oncología y Hematología nos conformamos con los bocatas-pulga que nos administra el Servizo Galego de Saúde en sus modalidades de queso, salchichón o chorizo; munición de fogueo para mi desarrollado olfato de sabueso calvo.
Ahora tengo el horizonte abierto para comprobar si el irinotecagas hace o no honor al apodo con el que me he permitido la licencia de renombrarlo, vistas sus habilidades para destriparme. Llevo puestas las contramedidas, pero no hay que bajar la guardia.
Que me suba la tensión es otro efecto no deseado de la quimioterapia que tengo que contrarrestar, desde hoy mismo, con una pastilla diaria, una más. No he dejado de acordarme de esa frase genial que le espeta mi padre a su médico a la que le toca ITV en el centro de salud: «La tensión la tengo bien; lo que tengo baja es la pensión, ¡la pensión!». Pues yo, papá, tengo la tensión altita y la pensión -o sus entregas irregulares y a deshora que me obligan a dedicar esfuerzos al papeleo extrasanitario- es manifiestamente mejorable, y no miro a nadie.
Desde la butaca Strandmon anaranjada desde la que escribo, recién incorporada al mobiliario doméstico, tengo sentimientos encontrados sobre el panorama que se me presenta con el año recién empezado: tratamiento, caña, pruebas, consultas, más caña… Tengo todo el ánimo del mundo en el almacén donde se guardan las ganas, pero lo que hay es lo que hay. Ah, y añadimos deberes: tomarme la tensión cada día en casa, con la esperanza de que baje mientras los haberes de lo que se me adeuda por ser un trabajador escarallado que lleva más de veinte años cotizados no vayan mermando a traición. Ya me dan sustos, ya. ¿Oído cocina?????? El sistema es un asco de sistema.
Otra vez, y no es ninguna novedad, me han tratado lo mejor que se puede tratar a un ser humano en el hospital de día, nombradamente los servicios de enfermería -esas mujeres y esos hombres -son más ellas- que despachan calzados con zapatillas de running-, farmacia y, en general, por todos los que gobiernan y hacen funcionar este servicio público de rescate oncológico. Siempre hay una sonrisa, una buena palabra, un cariño, un detalle… Es como si, mientras te ahogas en medio de la ría de Arousa, se te pusiera encima un helicóptero y la tripulación te lanzase una escalerilla de raso y no una cuerda cutre de cáñamo -que también resolvería- para que no te rasguñes al agarrarte. Eso lo completas con la atención familiar del personal del comedor universitario de Fonseca, en el que soy un sospechoso habitual, y entonces ya no me caben los agradecimientos en este texto.
Hemos echado de menos hoy en el hospital, claro, al maestro. No hay guerras sin bajas ni batallas sin juglares que canten las gestas de los héroes que se fueron quedando por el camino. Yo sigo levantando acta que ayude a que perdure la memoria de los que se me anticiparon. De dos grandes tipos, dos grandes mentores, dos grandes amigos como fueron Javier Álvarez-Santullano y José Luis Alvite, que dejaron plaza vacante para siempre en la consulta 11. Tipos en los que busqué y encontré inspiración para llevar todo este suceso propio en Cinemascope de la manera menos traumática. Confío en tener fuelle suficiente el 6 de febrero para dedicarles el reconocimiento que me ha brindado el Ilustre Colegio de Abogados de Santiago pero, por si acaso me diera la flojera, que queden por escrito mis intenciones. Antes, el 4 de febrero, toca nuevo capítulo de fontanería intravenosa. Qué curioso, justo en el día mundial contra el cáncer. El calendario, que es así de cachondo.
A ver qué tal se me da la noche. Ahí va un clásico de Del Shannon para ir calentando motores. Mucho me ha gustado siempre este tema, amigos. ¡Desde que era pequeño! Sin entrar en muchas profundidades con el desamor fugitivo de la letra -el corazón roto siempre ha dado mejores canciones que el electrocardiograma sano, dónde va a parar-, el estribillo y el solo de organillo son grandiosos.
NOTA: Cambio el enlace al vídeo que puse ayer porque me duele la vista cada vez que leo los subtítulos en castellano.
Viva la vida. Podéis ir en paz.
Preciosa canción
Ahora q leo me apetece calamares será q la hora acompaña ….o q tu me los nombras , aquí en ourense en onco son menos simpáticos q en santiago !! Será el tiempo será otra cosa un saludo !
Sempre me gustou moito esta canción, grazas . Do resto , ¿ qué che vou decir ? . Unha vez dixeche no teu periódico que nadie podía entender a un enfermo oncolóxico que outro enfermo do mesmo . Estou totalmente de acordo contigo , por tanto sei o que estás sentindo. Pero non sei que podo decirche aparte de que te deixes mimar pola túa marabillosa familia……pero tamén tes dereito o pataleo , e ti o fas dunha maneira incrible coa túa escritura .
Grazas por todo e ánimo !!!
Besos valiente y fuerza te queremos
Espero que pases una buena noche: que el irinotecån haga su trabajo pero que no deshaga el resto..
Los nombres de la química tienen su aquél: Irinotecán y Avastín. Estoy pensando que parecen nombres de perro:-«¡Irinotecán, Avastín quietos!». Y no sólo porque te las hacen pasar perras… hay que sacarle un punto a casi todo para hacer mås llevadera la vida.
Lo dicho, boas e tranquilas noites.
Un abrazo.
Bicos Nachiño, e Boas Noites. E Bos Dias.
Precisamente ese día, el 4 de febrero del año pasado os descubrí a tí y a tu blog de modo casual en La Voz de Galicia. Desde ese momento no puedo evitar seguirte. Qué bien escribes, chico. Da gusto leerte. Además, me identifico tanto y tan bien con lo que cuentas, que es como si me ayudaras a expresar lo que yo tantas veces siento. Y, aunque no es la oncología no que nos une ( salvo que mi marido es uno de esos profesionales de los que siempre hablas tan bien, enfermero en una planta de oncología de otro hospital público de nuestra Galicia), sí vivimos desde hace años con una enfermedad grave que afecta a nuestro niño y que nos lleva con mucha frecuencia al Hospital Clínico de Santiago que tú describes tan bien. Esta mañana mismo estuvimos allí, en consulta programada y rutinaria. Otras ocasiones, nos llevan circunstancias no programadas, por convulsiones no controladas que se desencadenan sin avisar y que están dirigiendo nuestra vida. También nuestro peque pasó por las buenas manos del Dr. Prieto, que hizo su trabajo de cirugía para tratar esa epilepsia, pero…. seguimos en ello.
Un saludo y mucha fuerza en tu lucha.
Muchísimas gracias por compartir tus experiencias y por saber hacerlo tan, tan bien.
Merquei aposta o ABC,pra leer a tua entrevista e botarte una
ollada!!.Un dez pra ti !! A ver si se porta mellor a química desta
vez!! Beijinhos
Que nostalxia me trae este tema,precioso tema ,asi te sinto hoxe a ti.Unha aperta e mooooooito animo Rabudo.
Que ese «cóctel» venenoso vaia facendo o efecto desexado e que os efectos secundarios sexan amortizables.
Forza Nacho!!!!
Como siempre tus relatos oncologicos nos hacen llevar mejor el camino, a los que están luchando como tu y a los que por suerte hemos podido superar la enfermedad pero haciendo las visitas correspondientes para no bajar la guardia.
Te deseo toda la mejoría que se pueda tener, y que el día 6 de febrero puedas brindar con tu presencia y tu buen hacer, ese discurso que seguro sera bien reconocido por todos.
Leerte, y en este dia tan gris, es gritar VIVA LA VIDA. De nuevo, inmenso abrazo.
Cuídate que los resfriados se convierten en neumonia con tanta química.
Ánimo que cuando menos te esperes todo lo recordarás como un mal sueño.
GRACIAS
Xa te botaba moito de menos; na miña aldea dise mioco, en vez de mimo…..ppis moito mioco, Nachiño. Unha aperta grande
Hola Nacho. Ayer pensé en ti y en tu sesión de quimio, espero que te de menos lata que las anteriores. Yo también compré el abc para verte el careto y me gustó lo que vi. Ya se que la procesión va por dentro pero tu manera de enfrentarte al bicho es acojonante. Fuerza y salud, eres grande palante siempre. Bicos ferrolanos.
Escuchar runaway.. a Willie Nelson, Brenda Lee.. me ayuda a soportar este tiempo tan «cabron». Gracias por tu palabra..
Que bien describes todo!!!!. Te envío toda la FUERZA del mundo para seguir luchando. Un abrazo
O yo me hago vieja a lo bestia, que tambien algo hay de eso que los 68 me están tratando muy mal, ó tu cada vez haces unas crónicas mas apabullantes. Aunque hay de todo me inclino por lo último, porque lo tuyo ya no es una crónica de tu enfermedad sino un tratado de Filosofía.
¡Adelante genio! e xa sabes ¡forza Nacho!
El aspecto que luzco en mi foto de perfil es una genialidad que se me ocurrió para mostrarle al mundo, a través de Facebook, el frio que nos gastamos en esta Compostela de mis pecados.
….horizonte aberto…. yes, sir !
E respondendo às tùas palabras do final: demos gracias al Señor !
Era asì, non?
No puedo oir la canción pero la coreografía me ha hecho reir. Sobre todo esas chicas a la rueda, rueda, de pan y canela, alrededor del cantante.