63. En la muerte de Javier Álvarez-Santullano, amigo
por Nacho Mirás Fole
«Recuérdale a Nacho que está en las mejores manos», le dijo a modo de despedida mi amigo Javier Álvarez-Santullano Pino a su hija Marta antes de subirse, esta mañana, al tren que solo vende viajes de ida. Me queda la pena irremediable de no haberlo despedido a pie de vía, pero el consuelo de un compañero de batalla en quien me inspiré cuando me tocó afrontar el cáncer. Sobre Santullano publiqué esta página en La Voz de Galicia del 17 de diciembre del 2012. Ni por asomo me imaginaba entonces yo que, tan solo un año después de aquella conversación, compartiríamos especialista en el Hospital Clínico Universitario de Santiago; las mejores manos. Te echaré de menos en la consulta 11 y en la vida. Pero no olvidaré tu ejemplo. Gracias, amigo de la acera ancha.
Javier Álvarez-Santullano: «Soy de esas personas que presumen de tener amigos»
La Voz de Galicia, 17 de diciembre de 2012
Nacho Mirás
Fue el único pasante que tuvo el insigne abogado Santiago Nogueira, un hombre a quien admiraba por su humanidad y por sus conocimientos. «Usted sabe mucho de Derecho —le decía el pasante al maestro— y yo, sin embargo, no sé nada». Y Nogueira, que era un sabio, le respondía: «Sabes más de lo que crees». Javier Álvarez-Santullano Pino (Santiago, 1945) dice que nació en la «acera ancha». «Si alguien no sabe dónde está la acera ancha —explica— sé que no es de Santiago, siempre se lo digo a Farruco». La acera ancha está en El Pilar, ahora ya lo sabemos los de fuera.
La suya es una familia numerosísima. Once hermanos a los que unos padres entregados consiguieron dar estudios para sobresalir, cada uno en lo suyo. El Javierito niño fue un chaval traste, puro nervio, y sus contemporáneos todavía lo recuerdan. «Al venir del instituto, me agarraba a la escalerilla que llevaban detrás los autobuses de Calo y, al llegar a A Senra, como no paraba, me tiraba en marcha», dice. Se pegó así sus buenos trompazos, aunque tenía cualidades atléticas que le ayudaron.
Hace cosa de un año, la enfermedad puso de nuevo a prueba su resistencia física. Santullano habla sin contemplaciones sobre la dolencia que casi lo borra del mapa. «Estuve a punto de morirme, es cierto, pero aquí sigo». Con veinte kilos menos y una moral que no perdió en ningún momento, el que fuera decano de los abogados de Santiago durante nueve años vuelve a estar operativo.
«Me diagnosticaron un tumorcito en un pulmón, con metástasis en la columna vertebral. Como yo llevaba tiempo sufriendo de una hernia, al principio pensé que sería de eso». Pero era otra cosa. Sin embargo, lo que estuvo a punto de mandarlo al otro barrio fue una neumonía que pilló en esa tesitura, pero que por fortuna superó.
Nuevos bríos
Ahora hace vida prácticamente normal, fiel a la medicación, cuidándose al máximo —con el apoyo de su mujer y sus hijas— y sin dejar cada día de hacer su gimnasia. «Se me cansan algo las piernas por la tarde, pero no por eso dejo de pasear por Santiago. Es mi ciudad, una ciudad en la que siempre descubres algo nuevo, un detalle de una fachada, un rincón. En los días de hospital es lo que más echaba de menos».
«Yo soy de esas personas que puede presumir de tener amigos de verdad, y en los momentos difíciles han sabido demostrarlo», dice.
Javier conoce tan bien Santiago y tanto a los de aquí que uno podría pasarse el día entero aprendiendo de esa enciclopedia ciudadana que lleva en la cabeza; haría bien en escribir unas memorias compostelanas. Gran conversador, salpica su discurso de personajes, anécdotas, procesos judiciales sonados o sentencias curiosas, e ironiza recitando frases hechas de las que abogados, jueces o fiscales acostumbran a plasmar, esdrújulas y rimbombantes, en muchos de sus escritos.
Gallardón, descentrado
Con Santullano resulta imposible no hablar de la situación actual de la Justicia. Es muy crítico, al igual que sus compañeros, con la gestión del ministro Alberto Ruiz-Gallardón, especialmente en lo que tiene que ver con la imposición de las nuevas tasas judiciales. «Gallardón es fiscal —dice— pero está claro que no sabe lo que es un juzgado, está totalmente descentrado y ha conseguido una cosa que nunca consiguió nadie: unir a todo el sector de la Justicia». Y, como explica, no es que la gente esté en contra de establecer unas tasas, sino de «ese importe de las tasas».
La política siempre le ha interesado mucho al abogado compostelano, pero desde una segunda línea. «Si te gusta la profesión de abogado, no puedes dejar el despacho para dedicarte a la política, porque entonces ya nunca lo recuperarás», concluye.
En su rincón
La rúa de Xerusalén, paralela a la rúa da Troia, una calle estrecha y de postal que tiene plantado un olivo, es el rincón favorito de Santullano. «En esta zona estaba la judería de Santiago, es una calle tranquila, muy cuidada, apenas conocida», dice.
Hijo de un secretario judicial, nieto de un magistrado del Supremo, bisnieto de un magistrado de la Audiencia de Pontevedra, los vínculos de la familia Álvarez-Santullano con el mundo de las leyes se pierden en la memoria de los tiempos.
Siento mucho lo de tu amigo. Estoy totalmente de acuerdo con él en que estás en las mejores manos. En casa ya no hablo cosas del hospital porque en cuanto abro la boca, mi familia pone cara de agotamiento. Es que empiezo hoy y acabo pasado mañana. Un Cantar de Gesta.
Con infinitas admiración y gratitud para todo el personal que me atiende en el CHUS !!!!
Recuerda que como dijo tu amigo «estás en las mejores manos». Si el especialista de la consulta 11 es el mismo que me atendió a mí y a mi madre seguro que sí. Siempre se van quedando amigos en el camino pero hay que pensar que muchos seguimos dando guerra.Lo siento, un saludo.
Imposible olvidar a este Señor con mayúsculas, un gran profesional, de los mejores del país, un padrazo y abuelo, todo ello reforzado por un alma de gran humanidad. Luchador como el que más. Gracias por ser así y sentir tus casos como propios. Te damos las gracias por todo
Siento lo de tu amigo, Nacho. Recién te sigo, te seguimos… Nuestra criatura se llama glioblastoma multiforme en grado IV, y digo «nuestra» porque quien la padece es mi marido , aunque la sufrimos todos. Cinco meses del diagnóstico, cinco meses poniéndole nombre y cinco meses en silla de ruedas. Porque si no era suficiente, lo tiene en médula( lo normal es en cerebro), y el difícil diagnóstico, la biopsia practicada, junto con su avance, ha hecho que tenga una tetraplegia incompleta. Si ya es jodido el cáncer de por sí, imagina también lo otro. Pero no va poder con nosotros o por lo menos se lo vamos a poner complicado. Con mucho ánimo y una buena dosis de sentido del humor se sobrelleva mejor. Resulta reconfortante leer tus experiencias tan parecidas a las nuestras, incluido tratamiento en la churrería y la temozolomida. Salud a todos.
Hace días que no entro a leerte Nacho, problemas y falta de tiempo me lo impiden.
Hoy vengo y me encuentro con esta triste noticia, la pérdida de tu amigo. Lo siento mucho y espero que no afecte a tu esperanza de curarte.
Leo todos los comentarios y me asombra la valentía y el ánimo con que tus seguidores se enfrentan a la enfermedad y la comparten contigo.
Mi mas sincera admiración y cariño para ti y todos ellos, sois muy valientes!!
Siento mucho lo de tu amigo. pero no aflojes. Estas cosas pasan. Es una enfermedad bien dificil, pero tu no has de ponerselo fácil, eh? Animo que ya esta llegando por alli la primavera, y con ella el sol, sus tibios rayos, y el mejor humor de la gente. Arriba, no decaigas, aqui estamos nosotros para alentarte!!! Un fuerte abrazo =)
sto mucho lo de tu amigo,pero tu no decaigas piensa en tanta gente que sale adelante ,suerte y un abrazo muy grande.
[…] que se me anticiparon. D dos grandes tipos, dos grandes mentores, dos grandes amigos como fueron Javier Álvarez-Santullano y José Luis Alvite, que dejaron vacante para siempre en la consulta 11. Tipos en los que […]