24. Física y química
por Nacho Mirás Fole
No me parecía muy estético ir en autobús a la primera batalla de mi guerra radiactiva contra el cáncer que se empeña en plantar una coliflor en mi cerebro. Así que, después de una larga caminata con mi amigo Yanqui -ya tendré tiempo de hablar más a fondo de Yanqui, que es un personaje muy importante en esta historia- tomé la decisión de llegar al Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela por mi propio pie. Pensé en el capitán Vázquez Molezún dándole órdenes a mi padre en el viejo cuartel del Hórreo: «¡Pecho pa fuera, barbilla recogida, soldado!». En el plan de trabajo del servicio de Radioterapia me han encajado cada día, durante los treinta próximos -descontando fines de semana- en un hueco a las dos de la tarde. Así que cada vez que arranque en la SER Hora 14, a mí me estarán friendo la sesera.
Todo lleno de razón, bajé la avenida de Barcelona dispuesto a plantarle cara al enemigo. A falta de fusil o de bayoneta, salí de casa armado con un paraguas Jani Markel que me costó diez euros en un chino hace varios años. Ha aguantado varias ciclogénesis explosivas, así que no me pareció una mala opción para defenderme en la adversidad. Voy a desvelar un secreto: Jani y Markel son los hijos del dueño de la marca, un importador afincado en el País Vasco; cuando colapsé tenía pendiente la publicación de un reportaje sobre el empresario que ha montado un emporio a costa de las borrascas. Al llegar al destino lo más fácil hubiera sido entrar por el edificio de consultas externas, pero me pareció más grandioso hacerlo por la puerta principal.
Suelo llegar con tiempo a los sitios, y a la guerra no iba a ser menos. Antes de bajar a Radioterapia me di una vuelta por el Hospital de Día de Oncología, ahora convertido en mi cuartel general. Mientras hacía tiempo, miré desde la ventana a la inmensidad de Vidán, me puse los auriculares y pinché el tema principal de la banda sonora de esta película basada en hechos reales: Space Oddity, de David Bowie. Después bajé al piso -3 mucho más motivado. Astrocitoma anaplásico, te vas a cagar.
Llegué puntual a la sala de espera, antesala de la radiactividad. Pero las hostilidades tenían retraso porque en la radioterapia y en la sanidad en general, pública o privada, los tiempos siempre son aproximados. Me acuerdo mucho estos días de Gila llamando por teléfono con su camisa roja al enemigo para preguntarle a qué hora piensa atacar. Opté por no intercambiar impresiones con ninguno de los otros pacientes que, muy pacientes, esperaban a ser radiados en las freidoras del Servizo Galego de Saúde. A cambio, me entretuve pensando en la larguísima conversación de la mañana con Yanqui, que estoy seguro de que es el principio de una gran amistad. Y en el abrazo y los besos que me plantó junto al Auditorio de Galicia una conocida política gallega con la que tuve mis diferencias judiciales en el pasado. Su gesto me pareció tan sincero que, por mi parte, ya estás amnistiada. Tabla rasa.
Por fin, desde la megafonía me llamaron a filas. Cuando a mis alumnos de Periodismo les digo que acentuar las mayúsculas es obligatorio, lo hago porque, además de que así lo ordena la Real Academia Española, se evita, por ejemplo, que te cambien el apellido: «¡Ignacio Miras!». «¡No! ¡Es Mirás, con acento en la á!», repliqué ya en el mostrador de control. Mi padre siempre usa una regla nemotécnica para que no le jodan la estirpe: «¡Pepe Mirás, por delante y por detrás!». Yo lo hago también con mis hijos.
Me acompañaron hasta el acelerador lineal y, sin preliminares, me ordenaron tumbarme en la camilla de la freidora radiactiva Siemens Primus que, con la pasta que vale, ya podía tener un acolchado viscolástico. Enseguida te acostumbras. Ser un churro tiene sus inconvenientes. A cuatro manos, me encajaron en la cabeza la máscara hecha a medida la semana pasada y me inmovilizaron: «Si algo no va bien, levanta una mano, te vemos desde la cámara», me advirtieron. Y empezó la sesión.
A oscuras, los servomotores de la Primus empezaron a moverse y se puso en marcha una coreografía de ráfagas y sonidos. Identifiqué al momento la secuencia musical sobre la que se articula todo: Do-Do (alto)-Do-Sooool. Aunque con otras notas, me recordó a la banda sonora de Encuentros en la Tercera Fase. Va a resultar que los ingenieros alemanes de Siemens son unos cachondos.
Fueron apenas diez minutos, suficientes para memorizar la música radiactiva con la que tratarán de amansar a mi fiera, a mi astrocitoma anaplásico latente en grado III. Cuando se acabó la sesión y me quitaron la máscara, lo primero que vi fueron unos ojos tan impresionantes que pensé que me seguían radiando. No, no estoy metiendo fichas, simplemente es un cumplido; sé que estas memorias sanitarias se leen en el servicio de Radioterapia y no tengo el horno para bollos. Salí de una pieza y me despidieron con una sonrisa y un «hasta mañana».
Por hoy lo dejo aquí, cuando son las 22.20 y, superada la física de la mañana, empieza la química de la noche. Ya me he metido el Ondansetrón de 4 miligramos que, en teoría, debería evitar las náuseas que me provocarán los 150 de Temozolomida. Esto de la quimio es la hostia: te dan unos medicamentos que contrarrestan las consecuencias de otros. El Ondansetrón evita el vómito pero, a cambio, te estriñe. ¡No quiero ni pensar que, para cagar ligero, tenga que recurrir entonces al supositorio de glicerina! Seguro que la glicerina también tiene efectos secundarios que se corrigen con otro fármaco más. Y, así, hasta el infinito y más allá. Confío en levantarme con la fuerza suficiente para vestir a mis hijos, darles el desayuno y llevarlos al colegio. Y para ir caminando a la segunda sesión de radiación en la freidora alemana. Ya os contaré. Mañana más.
Kiwi en ayunas… y hay una tal María que también ayuda… Un abrazo Nacho!
Nacho, verás que todo va a ir muy bien. Imposible que sea de otra forma. Un besazo enorme y a por el segundo asalto
Sueño no haberte leído cuando pase por lo mismo.Es bueno no dramatizar
Escribir no tiene efectos secundarios de esos para el que escribe. En ocasiones puede producir urticaria o hasta diarrea a los que son mencionados. Pero no es el caso. Lo que haces, además de enormemente valiente, ayudará muchísimo a muchos que también lo están pasando mal. Vencerás.
me encanta como relatas tu «aventura», pero me gusta más como disfrutas esta aventura que se llama «vida», gracias y no desistas…
grande Nacho, te seguimos
Estimado Nacho gracias por publicar tus vivencia, en eso del cáncer los pacientes nos identificamos con el nombre o grado de la enfermedad, el mío mi grado es IV con metástasis pulmonar, de terror no? Bueno lo primero si mentalmente no controlaba eso me hubiera ganado te lo aseguro, cumplo ya 13 meses diagnosticado, con 30 sesiones de radio encima y preparándome para la novena quimioterapia, y aquí me tienes, por esto quizás imagines a una persona con pinta de campo de concentración o zombie ya que los tratamientos matan células buenas y malas estoy igual sólo que Calvo :-P; tres armas que me han ayudado a luchar en este momento; fortaleza mental junto a mi familia y la fe en Dios, gracias sigue escribiendo te leo siempre chao.
Excelente!!! Siempre me han gustado las historias de diario.. Me quedé con la curiosidad de los ojos impresionantes!! un fuerte abrazo
Jo, no has tenido la fortuna de ser intolerante a la lactosa.. Si no, una buenta rebanada de pan con tetilla y vamos, te reías tú del estreñimiento y de medicamentos extra a base de producto de la tierra!
Mucho ánimo y a seguir plantando cara!
Disculpa MkE, aún estoy torpe con esto y he colgado mi comentario como respuesta del tuyo :p
vamos a por la segundaaaa!!! tu sigue así, un día menos para la victoria definitiva, ganarás seguro, y ganaremos todos leyéndote.
“cuanta menos acción hay y más pequeño es el entorno que precisa un poeta, tanto mayor suele ser su talento (…) Las cosas cotidianas son lo bastante bellas y ricas como para poder sacar de ellas chispazos poéticos”.
Robert Walser
Gracias por expresarte así, infundiendo pasión por la vida, y llenando con humor, los huecos de caminar a diario.
Un fuerte abrazo
La vida sin ciertas dosis de épica no sería lo mismo. Sigue peleando.
Acabo de asomarme ás túas reflexións públicas e alégrome que así mo recomendaran. Non te envidio, claro, pero si que hai admiración polo que veño de ler. Estou nos últimos de Breaking Bad. Dende agora a Walter White saiulle un acompañante nestas tardes de inverno. Ánimo e sorte nas trincheiras.
Lo peor es el debut, y ya lo has pasado! Un abrazo grande de nuestra parte!
Dale caña Nacho, «por delante y por detrás», sabias palabras…Un abrazo
Te mando un abrazo después de que me contaran de ti ayer. Hace años estuviste en mi casa un par de veces y, mira por donde, ahora te recupero digitalmente y me encantan tus textos. Ya me habían dicho que eras un gran periodista, aparte de lo que yo ya veía: buena persona (si no, no te escribirían las ex de tus amigos…). Molts petons des de Girona.
espero que sigas disfrutando del wc de manera natural!!! animo chaval!, ya estas un dia más cerca de superarlo!!! te seguimos y leemos muchos, así que no nos falles!!! animo siempreeeeeeeeeeee!!!
gracias Nacho por recordarnos lo que de verdad importa.
Cuidado con el frío y con la lluvia, piensa que la química te bajara las defensas, así que las gripes no son buenas aliadas.
Soy una más que te sigue y te mando mi apoyo y chorros de buena energía. Me atrevo a recomendarte la conferencia del Dr. Martí Bosch en You-tube (un minuto de presentación y 58 clarificadores e interesantes minutos más) para ayudarte en este desafío http://www.youtube.com/watch?v=RotVRPfGBz0
Gracias por tu trabajo y por abrirnos la puerta
Take your protein pills and put your helmet on…
Gracias por compartirlo con todos nosotros.
Mucho animo en la lucha!!!!!
Jo, no has tenido la fortuna de ser intolerante a la lactosa.. Si no, una buenta rebanada de pan con tetilla y vamos, te reías tú del estreñimiento y de medicamentos extra a base de producto de la tierra!
Mucho ánimo y a seguir plantando cara!
admirable a enerxía positiva que desprendes…admirable a valentía coa que contas a túa vivencia…ambas cousas axudaranche nista «cruzada»
Para aligerar, unas otras de La Piedra… Ánimo….
Hola Nacho. Sigo leyendo con todo interes tus magnificas cronicas.
Gracias por seguir escribiendo a pesar de todo por lo que estas pasando.
El enemigo a batir resulto mucho mas potente y taimado de lo que parecia. Un cabron con pintas. Le has ganado una crucial batalla, pero no esta vencido.
Tu situacion me recuerda vivamente la de Inglaterra bajo los terribles bombardeos alemanes, cuando Churchill dijo aquello de que «Esto no es el final, ni siquiera el comienzo del final, pero sí el final del comienzo». Pues eso, empezo la guerra total y todo el armamento esta desplegado.
La guerra no va a ser corta ni facil, y habra muertos, heridos y «daños colaterales», pero vencereis, porque conoceis muy bien los puntos debiles del enemigo y contais con armas muy sofisticadas, ademas de tu envidiable e imprescindible moral de victoria. Necesitaras seguir un protocolo terapeutico muy duro y estricto, como todos los oncologicos, pero presiento que con el tratamiento, tu fuerza y un poco de suerte, se pueden lograr los objetivos. Habra sangre (poca), espero que pocas lagrimas y muchos sudores y nauseas, pero como Inglaterra renaceras de tus cenizas mucho mas fuerte.
Espero que todos los venenos que tomas le sienten mucho peor a Dn A.A. que a ti y que dentro de unos pocos meses te pueda ver con tus niños disfrutando del helicoptero.
Como alguien ya ha comentado aqui, la marihuana esta aprobada en muchos sitios para su uso en el tratamiento de las nauseas de la quimioterapia, y parece ser efectiva, segun estudios controlados.
Animo y adelante, amigo. Un astrocitoma anaplasico no puede ser enemigo suficiente para ti .
UN FUERTE ABRAZO. Buenas noches y Buena Suerte. :.